9.3.17

NUESTRO VIAJE ES UN MOTIVO Y UNA MOTIVACION

Muchos me preguntaron si me fui para escapar de algo o de alguien y, por el contrario, me fui para afrontar la máxima de las realidades individuales: el propio ser. Uno no puede escapar de sus problemas porque todos ellos fueron rotulados y creados en nuestra mente. Los llevamos a donde sea y a veces ellos nos llevan a nosotros.  Siempre es más grande el viaje interior que el recorrido por el mundo.
Antes de salir de casa, alla en Europa, mi hermana mayor me abrazó y me dijo: Rosi, viaja lo suficiente como para conocerte a ti misma. En ese momento no entendí sus palabras. Yo viajaba para ampliar mis horizontes, conocer el mundo, ver lo diverso de otras culturas... de mí ya sabía suficiente. Ahora, mirando hacia atrás puedo entender lo que mi hermana mayor me quiso decir: todos los viajes son expediciones al interior de nuestra alma. No importa a dónde vayamos ni cuánto planeemos el itinerario, al final la jornada se trata de enfrentarse a la incertidumbre del siguiente paso, de retar al carácter, de conocer los límites propios y saber de lo que somos capaces.
Claro que he conocido rincones insólitos y personas maravillosas, pero ante todo me he conocido a mí misma.

Nunca antes había confrontado mis certezas, puesto a prueba mis creencias o deshecho mis prejuicios como en este viaje. Y descubri que :
Los prejuicios nacen del miedo a exerimentar cambios trascendentales en un@ mism@, cambios y pruebas que en vez de debilitarnos nos estan fortaleciendo creando caparazones de proteccion.
En los últimos 11 meses conocí más gente que en el resto de mi vida anterior, tuve que morir forzosamente y por motivos ajenos a mi voluntad. Siii, tuve que morir... En pueblos recónditos pude acercarme a las casas de las personas, probar su comida, bailar su música, "rezarles a sus dioses".
Muchas veces tuve miedo, me creí en peligro, sentí que los otros eran extraños, que sus costumbres eran agresivas y sus creencias limitadas. Pero pronto descubrí que la extraña era yo. Yo era el intruso en un mundo que funcionaba bajo lógicas diferentes a la mía. No hay nada extraño y no hay nada normal, hay simplemente formas diferentes de ver el mundo.
Comprendí que es mucho más enriquecedor ver en los demás una potencial fuente de aprendizaje que juzgar su manera de vivir. Una vez que te olvidas del miedo y te acercas con respeto y curiosidad, todas las puertas se abren, incluidas las de tu corazón.
Vivir un paso a la vez es deleitarse con la vida.
En muchos lugares de mi recorrido me detuve para sentir el ritmo del lugar. Estuve en ciudades, pueblos, desiertos, salares, campos abiertos y montañas. Cada sitio tiene su forma de moverse y de hablar, y en muchas ocasiones pasamos de largo sin permitirle al lugar enseñarnos su esencia. Viajamos a veces de prisa, a veces en calma absoluta, con la cámara en la mano, ávidos de coleccionar postales y sellos en el pasaporte, nos retratamos con monumentos, entramos corriendo a los museos y lugares imperdibles. Somos turistas y extranjeros para quien nos pide nuestros papeles de identificacion, somos un numero para el sistema, solo eso, un simple numero mas que personas o seres humanos, pero nunca hacemos parte en realidad del lugar.
En este tiempo aprendí que lo importante no es acumular fotos espectaculares y abarcar la mayor extensión de tierra en el menor tiempo posible. Lo importante del viaje es vivir cada paso, detenerse y sentir el aire, descubrir un rincón único en cada país en cada pueblito, hablar con los locales. Viajar no es ir de un check point a otro, es adentrarse en el corazón de lo desconocido, saborear cada etapa del camino....
Es ...ensuciarse las manos y la cara maquillarla con el ollin de nuestras ollas de viaje tiznadas de tantas fogatas a la orilla del camino.

Pasamos con nuestro pequeño grupo varias noches en diferentes y oscuros caminos, a veces con cielos nublados, a veces con lluvia y muchas veces con millones de estrellas; Conocimos mochileros, artesanos, artesanganos, malabaristas, hippie locos y mochivagos con ellos jugamos muchos partidos de Chinchon, al truco y al póker y tomando unos ricos mates y algunas veces unos chupitos de Ron para ayudar a pasar el frio de las noches cordilleranas y altiplanicas.
En esas noches oscuras conocimos a un viajero de nombre Rafaello, que tendría unos 50 y algo de años, quien ,resultó ser un personaje bastante curioso, increible, genio y desempleado del sistema.

Desde que El era un adolescente se había pasado la vida viajando por el mundo trabajando en lo que fuese para simplemente mantenerse vivo. Trabajaba durante un tiempo, normalmente en lItalia, luego por Grecia, Slovenia y Austria y, cuando tenía algo ahorrado, aprovechaba para viajar por el resto del mundo. Nos amenizó las noches con historietas de su época mística, cuando buscaba su verdadero yo probando peyote en diferentes lugares y hablando con su  alter ego después de haber tomado ayahuasca en Cuzco y en Ecuador. En fin, mas de mil y una noches entretenidas. Sera una gran amigo de mi padre cuando lleguemos al Equilibrio.  Nos preguntaron varios viajeros y personas que hemos conocido si nuestro viaje era puramente turismo  o era otra cosa... y...
No,  no realizamos estos viajes como una forma de turismo tradicional,  es un viaje para toda aquella persona que habiendo hecho un cambio en su vida, haya decidido vivirla de un modo Espiritual, para los que estén transitando por el camino del Descubrimiento Interior y para aquellos que aún no han comenzado pero que sienten hoy una gran necesidad del Despertar de su propia Conciencia, sin misticismos baratos, sin rituales y ceremoniales religiosos.

Es por este motivo que nuestros viajes intentan encontrar el Descubrimiento Interior en cada uno de nosotros, el Despertar de una Nueva y Verdadera Conciencia a la cual nos está llamando todo lo tangible y lo intangible que nos rodea, al respeto y al cuidado de la comunidad que conformamos, la integridad ecológica y la construcción de una verdadera cultura de Paz.
Continuara.... Se uniran Kamo y Moises al Equilibrio.


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